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las cosas de don tonino

mi padre tuvo un huerto, mecachis en la mar

mi padre tuvo un huerto, mecachis en la mar De crío, teníamos un huerto en las afueras de Zaragoza. Allí, mis padres, mis hermanas y yo pasábamos muchos domingos. Entonces no se hablaba de los fines de semana porque la semana laboral acababa el sábado por la tarde.

Para ir, había que coger el tranvía de la Academia en la plaza de la Seo. Era un tranvía de acordeón, de asientos de madera y cartelito de reservado para caballero mutilado.

Al bajar del tranvía había que caminar unos veinte minutos por un camino lleno de piedras y polvo cargados con las bolsas llenas de comidas y utensilios.

Mi padre tenia unos dos mil metros cuadrados. Había construido una caseta, un pozo para recoger el agua de la acequia, una tubería para subirla por medio de una bomba hasta una pileta donde nos bañábamos los chavales y un sistema de canales para regar posteriormente los frutales y las hortalizas. Toda una obra de ingeniera rústica.

No teníamos agua corriente y bebíamos de la de la acequia con la mayor tranquilidad del mundo y creo que nuestras tripas nunca se quejaron por ello. Tampoco había luz eléctrica y el empezar a hacerse de noche era el despertador que nos indicaba la hora de volver.

Había cinco huertos seguidos en medio de aquella ruta polvorienta que llevaba hasta Juslibol, enfrente de un campamento militar de tiendas de lona verde lleno de reclutas en periodo de formación.

El primero de ellos era de un individuo malencarado y pendenciero que había montado un chiringuito para que refrescaran el gaznate los soldados del campamento. Cutrebar seria un concepto demasiado elegante para definirlo, basta decir que para saber el vino que quedaba en el tonel volvía la escoba, metía el palo y miraba hasta donde se había mojado antes de continuar barriendo, todo esto delante de la sufrida clientela que lo veía como lo mas natural del mundo. En la pared de enfrente un mugriento letrero enmarcado:

Bebe que tengo buen vino,
de política ni hablar,
no armes broncas ni jaleos
y al tiempo de pedir, pagar.

De la gentileza del individuo recuerdo el adjetivo que le dedicaba a su vecino de al lado, algo que nunca a nadie le he oído repetir, decía que era un mariconcabron.

El susodicho mariconcabron era un buen hombre que en su juventud había acompañado con la guitarra a Imperio Argentina y que escuchaba estoicamente ese insulto evitando cualquier enfrentamiento.

El siguiente vecino era o había sido militar, concretamente brigada y aquello lo llevábamos todos con una cierta discreción. Evidentemente era el más pudiente de la zona y al único al que se le denominaba con el titulo de Don. Tenía la caseta más elegante y el terreno mejor cuidado.

Después estábamos nosotros.

El ultimo huerto según se llegaba por el camino era el de una familia de origen castellana, buenísima gente pero algo rústicos. Plantaban muchas legumbres, judías, garbanzos, lentejas y similares. Además de eso, con un par de maletas de cartón repletas de artículos de todo tipo, el hombre había montado una especie de todo a cien ambulante con que satisfacía las necesidades de los reclutas y se ganaba el jornal los domingos. Al grito de “Hala chavales, que estáis muy flojos” llamaba su atención y animaba las ventas.

Y en ese ambiente se movía muchos domingos el niño que ahora lo cuenta.

Nota: La ilustración que acompaña es de la artista mexicana Marisol Fernández

2 comentarios

Andrea -

¡Qué bonito! A ver si voy a ser yo la que le pedirá a Los Reyes un teclado que escriba tan bien como el tuyo.
Como el amigo de arriba, me cuesta muchísimo entrar en tu blog. Lentísimo. Los de blogia deben andar un tanto saturados. Lo de la prueba de turing me hace gracia. Siempre creo que tiene algo que ver con el oído o es alguna enfermedad rara.
Besos

Antonino -

Hola Tony, que trabajo me ha dao entrar en tu blog. Y eso que han estado hace un momento los de Telecable cambiándome el modem, y teoricamente ahora iría más rápido. Pues que vi lo de Tonino y me dije, coño voy a saludar a este tocayo mío, jejeje. Yo también acabo de inagurar mi blog hace poco y sí, es una putada lo del marcador. Tendría que registrar tu ip, para que no te contabilizara cada vez que entras.. Pero eso ya es pedirle mucho..
Un saludo